viernes, 2 de noviembre de 2007

Vivo rescate de un músico esencial

El documental "A los cuatro vientos", de Alberto Larrán, se centra en la vida y obra del armonicista Hugo Díaz.
Por: Miguel Frías

A los cuatro vientos no funciona solamente como típico documental de divulgación y homenaje, aunque cumple en ambos aspectos, sin solemnidad ni sentimentalismo. En su película sobre Hugo Díaz -armonicista y compositor santiagueño, músico esencial, fallecido hace 30 años-, Alberto Larrán elige un estilo ecléctico, vertiginoso, descontracturado, difícil de clasificar: estilo que le habría gustado a Díaz, hombre ajeno a estructuras y previsiones. Así, forma y contenido tienen un vínculo estrecho: acierto vital del filme.

Las primeras secuencias se apoyan en una cámara subjetiva registrando objetos y paisajes que se suceden al otro lado de una ventanilla de tren. Pronto sabremos que esas imágenes evocan el viaje de ¡cinco días! que Díaz y Domingo Cura hicieron, como polizones, desde Santiago del Estero hasta de Buenos Aires, mucho antes de ser los que serían. Además de amigos íntimos y colegas, fueron cuñados: Díaz se casó con la hermana de Cura: la cantante folclórica Victoria Cura. La hija de esta pareja, Mavi Díaz -ex integrante de Viudas e Hijas de Roque Enroll, radicada en España- es un personaje central de la película (y canta una conmovedora y personal versión de Zamba del ángel).

Aun sin contar con imágenes en vivo del armonicista -borrar cintas históricas es una penosa costumbre argentina-, Larrán evita el facilismo de las cabezas parlantes. Domingo Cura -que murió poco después de haber participado en este filme- y Mavi Díaz dan sus testimonios, sí: pero la cámara sólo se posa en sus rostros cuando la narración lo requiere. Estas y otras voces, como la de Victoria Cura (falleció en 1996), se articulan con imágenes que no son obvias, que no buscan la mera ilustración de lo dicho.

El filme, profundamente musical, rescata -con viejos músicos que acompañaron a Díaz y jóvenes, talentosos herederos tocando juntos- la obra de un artista que transitó el folclore, el jazz y el tango, con la misma solvencia y libertad. Su hija también lo define como rockero: eclecticismo bien plasmado en la película.

Fuente: Clarín