
"Entre los privilegios con los que cuenta Radio La Sede, se encuentran las transmisiones de futbol de la campaña del primer equipo de Argentino de Merlo, que a pesar de ser "primer" va último en la tabla. No le va en zaga la jerarquía de los profesionales que tienen a su cargo las transmisiones. Los goles emitidos desde la garganta y el corazón de Lucho Gonzalez constituyen el grito de gol en un hecho histórico. Tan histórico que cuesta recordar cuando fue la última vez que gritó un gol. De hecho, en las últimas presentaciones de La Academia Lucho fue despojándose en su relato de tanta sequía futbolera, dejando de lado las clásicas arengas, los anunciados estímulos a los jugadores,los epítetos de aliento, y tanto se despojó que hasta dejó sus ropas en la cabina de transmisión de Excursionistas en la última fecha del torneo. El comentarista Pablo Mayo, fiel ladero del relator, no quiso dejar solo a su compañero y por esa tan remanida cuestión de los códigos no quiso ser menos y también se quitó su atuendo civil arrojándolo a la tribuna de los seguidores acdémicos, que reclamaron en vano que sus jugadores les ofrendaran las camisetas (como hicieron todos los demás equipos en la última fecha del campeonato). Los futbolistas, ante el temor de que les decuenten a fin de mes la casaca, se fueron del estadio sin homenajear a los estoicos hinchas que siguieron al gran equipo a todas las canchas de visitante. Ante la confusión reinante al finalizar el encuentro en el bajo Belgrano, los descorazonados hinchas de Merlo devolvieron la vestimenta de los periodistas ante el escaso interés despertado en el público, arrojándola hechas un estropajo hacia las cabinas de transmisión. Llos abnegados periodistas no merecían tamaño desprecio. Al fin y al cabo ya les sobra con transmitir a un equipo que no se sabe cuando volverá a ganar un partido. Un aplauso para los periodistas que se animaron a volver "en cueros" desde Belgrano, en el "bondi" y en el Sarmiento."
