martes, 11 de marzo de 2008

AYER CUMPLIÓ 58 AÑOS

Pappo convocó a sus fieles en plena Paternal

MITO. UN CENTENAR DE PERSONAS RECORDO LOS MEJORES TEMAS DEL "CARPO".

Poco antes de las seis de la tarde, los fanáticos de Pappo, sus amigos y amantes del rock nacional se reunieron en la plaza de Juan B. Justo y Andrés Lamas, en pleno barrio de La Paternal, para recordarlo. Roberto Napolitano, un ícono del rock y del blues argentinos, ayer habría cumplido 58 años.

La zona elegida para reunirse no fue azarosa. En La Paternal El Carpo pasó la mayor parte de su vida. Y el lugar tampoco fue casualidad: en esa plaza pasó las tardes de su niñez y, por eso, muchos de sus fanáticos la llaman la plaza de Pappo. De hecho, allí está su monumento, ese que fue inaugurado hace un año para conmemorar su cumpleaños anterior y en el que fue inmortalizado haciendo lo que más disfrutaba: tocar la guitarra... hacer rock.

Pero el de ayer fue más que un homenaje de cemento y de hierro: sus seguidores lo convirtieron en una especie de santuario. Púas, chapitas de cerveza y frases de agradecimiento y recuerdo cubrieron la reja que lo rodea.

La postal era esperada: motos y camperas de cuero le dieron marco a este homenaje. Por todos lados, remeras negras con su cara o leyendas blancas de Riff, banda que, para muchos, fue responsable del auge del rock and roll en la Argentina durante la década del 80. Cerca de las siete de la tarde comenzaron a escucharse sus mejores temas. En un escenario imaginario, sobre la calle Lamas, Pájaro Metálico comenzó el recital con la participación de Tete, bajista de La Renga. También hubo bandas como Malditos simuladores y estuvo presente Miguel Botafogo, quien grabó con Pappo "Blues Local", en 1992.

"Tu música sigue llenando todos nuestros silencios, pero tu ausencia aún nos aturde", rezaba una bandera colgada de la reja que rodea su monumento. Ese es el sentimiento de sus seguidores, aquellos que desde su muerte, el 24 de febrero de 2005, decidieron conmemorar su nacimiento en lugar de recordar su trágica muerte.

Montserrat Brizuela